Autor desconocido
La Filosofía Vedanta toma su nombre de las antiguas Escrituras Sagradas de la India: los Vedas. El término “Veda” significa sabiduría y “anta”, la parte final de los Vedas, por lo tanto se define Vedanta como la culminación, el punto más alto de esa sabiduría milenaria que no tiene fin, pues se enriquece indefinidamente con las leyes espirituales descubiertas por distintas personas en distintos tiempos. Se cree que este conocimiento es eterno y su origen no se debe a ningún ser humano ni profeta, es decir, ningún hombre está en el punto de inicio de este saber. Fue revelado hace miles de años a los sabios védicos. Ellos realizaron y expresaron lo referente a las responsabilidades morales y espirituales, a Dios y a la Verdad Absoluta.
La Vedanta nos brinda las enseñanzas adecuadas para cada Ser, cualquiera sea la religión que practique, para poder alcanzar el máximo conocimiento interior o desarrollo interno.
La palabra Vedanta implica estar exenta de cualquier denominación religiosa.
La Vedanta abarca cualquier escuela de pensamiento o conocimiento espiritual auténtico y muestra profundo respeto por todos los grandes profetas, maestros y Encarnaciones Divinas. Es un modo de vida y una exhortación a realizar la Verdad Última y la directa realización de la Verdad Última es la meta de la Vedanta.
La Filosofía Vedanta anima a todos los seres a realizar a Dios y da ciertos métodos para canalizar las energías y aprovechar las tendencias innatas en cada uno de nosotros. Esos senderos llamados “Yoga”, son los instrumentos de práctica física y espiritual que nos conducen a esa Verdad. El ser humano debe caminar hacia ella con esfuerzo personal, determinación y apertura mental.
Swami Abhedananda, alguien con mucha sabiduría, definió así la Vedanta:
“La misión del Vedanta en occidente no es hacer hindúes a los cristianos sino hacer al cristiano un mejor cristiano, al hindú un mejor hindú y al musulmán un mejor musulmán: es convencer a los hombres que en y a través de todas las variadas religiones pasa el hilo común de la verdad y cualquiera sea el camino que siga el hombre, alcanzará a Dios.
Esta filosofía consiste en el conocimiento de nuestra verdadera naturaleza. Nos enseña lo que somos, por qué hemos venido a este mundo, el propósito de la vida y cómo cumplir este propósito y como poder vivir como amos y no como esclavos. Por su ayuda llegaremos a liberarnos de todas las ligaduras, lograr la iluminación espiritual y alcanzar la perfección en esta vida. Comprender estas enseñanzas nos ayuda a manifestar la divinidad a través de nuestro accionar todos los días, y a amar al prójimo como nuestro verdadero Ser, que es Divino y único.”
En todos los tiempos, en toda época, el hombre necesitó de esa fuerza mayor, energía suprema, Dios, para caminar enfrentando los embates de la vida.
“La verdad es Una, los sabios la describen de varias maneras.”
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